Libros: FILÓSOFOS DEPÚES DE FREUD.


FILÓSOFOS DEPÚES DE FREUD. Rosaura Martínez Ruiz (Coordinadora).

Contraportada:
<<Para Freud, sus investigaciones, como las de Copérnico y las de Darwin, hirieron el narcisismo de la humanidad. Pero el golpe más ofensivo a la autoestima humana, dice, es el que asesta el psicoanálisis, al despertarla del sueño del “yo”, de ser “dueño de su propia casa”.

La revolución freudiana es definitiva; el “efecto Freud” no cesará y no dejaremos de ocuparnos de las reacciones frente a los descubrimientos freudianos, así como del significado real de sus contribuciones a la filosofía que podríamos llamar contemporánea, que parece haber dado un “giro psicoanalítico”; ya no se puede pensar filosóficamente sin Freud.

El objetivo principal del proyecto que origina este volumen fue hacer un recorrido por el trabajo de los filósofos a quienes el psicoanálisis les permitió hacer una crítica de la cultura, así como revisar los compromisos ontológicos de la tradición filosófica occidental.

Los autores esperan contribuir con una reflexión que habite y se interrogue sobre los límites entre la filosofía y el psicoanálisis freudiano, en cuanto a disciplina frontera. Igualmente, cuestionan la viabilidad de pensar ciertos problemas, propios de la filosofía, sin recurrir al psicoanálisis. Promueven también la discusión de temas éticos, morales, políticos, estéticos, ontológicos, sociales e, incluso, ecológicos, con relación a problemas donde el cruce entre la filosofía y el psicoanálisis sea productivo>>.



No todos los filósofos después de Freud y que acudieron a él están en el libro. Pero como una primera presencia, una primera recapitulación, un primer trabajo, convocado por la Dra. Rosaura Martínez al interior de la UNAM, tiene como resultado la elección de estos pensadores imprescindible. Pensadores tanto por su rigurosidad como por su impacto.

Encontraremos a Paul Ricoeur, Hans-Georg Gadamer, Gilles Deleuze, Jacques Derrida, Claude Lefort, Ernesto Laclau, Étienne Balibar, Judith Butler, Félix Guattari, Alain Badiou, Michel Foucault, Gayle Bubin, Walter Benjamin, Jacques Rancière, José Ortega y Gaset, Theodor Adorno, Louis Althusser y Jean-Luc Nancy.

Puede llamar la atención, y no, la presencia de un trabajo dedicado a Néstor Braunstein. Psicoanalista de origen argentino, radicado y naturalizado mexicano, aunque hace algunos pocos años migro a Madrid, España. Quizá llame la atención pues es conocido como psicoanalista. Quizá no tanto por su labor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Pero el trabajo que se le dedica permita otro juicio.

Los nombres convocados pertenecen a varios que ya no se encuentran con vida pero otros hoy día continúan forjando su labor intelectual, su pensamiento filosófico. Me parece que una sorpresa del libro es la presencia de una breve reflexión del mismo Jean-Luc Nancy, titulado “Trascendencia de Freud”, y que él inicia con estas palabras: “Se me pregunta cuál es mi relación con Freud”. Y a continuación su breve respuesta. Así Nancy esta doblemente presente, tanto por sus propias palabras (traducidas), como por el trabajo que le dedica María Conta.

Me gustaría citar un par de párrafos que Rosaura Martínez Ruiz escribe en la introducción de este libro:

<< Por un lado, el psicoanalista no puede autoconcebirse como ese que “sutura” lo que el “soberano” rompe, por otro, el objeto de la reflexión y el discurso psicoanalíticos no puede ser sólo aquello que a nadie más interesa, lo negado, denegado o todo eso que estorba a la sociedad de consumo. La teórica critica no puede dedicarse exclusivamente a pensar en “el resto”, lo excluido, la alteridad marginal, etcétera, sino que debe también demostrar, protestar e intervenir activamente para que el “soberano” deje de aniquilar lo que no le sirve para mantenerse en ese lugar. El gremio psicoanalítico debe, por lo tanto, volver al nudo y hablar, hablarnos, pues tiene mucho que decir>>.

<<Los psicoanalistas saben cómo están “rotas” las personas y no sólo deben, permítanme la expresión, restaurarlas, sino exigir también que eso que las rompe deje de hacerlo. Lo mismo vale para los estudiosos del psicoanálisis cuya tarea ética es, o debería ser, pensar en lo que no se piensa (lo inconsiente reprimido, para decirlo rápido) y al mismo tiempo enseñarnos y enseñar a todas la instituciones a reflexionar sobre él y actuar en consecuencia>>.

Hay relaciones entre el psicoanálisis (quizá debe decir ciertas escuelas psicoanalíticas) con la filosofía. Pero, y este es el caso, hay filósofos que ven y reconocen en el psicoanálisis, en el mismo Freud, elementos para su propio pensar, para pensar el mundo.

Y en esos vínculos, no sólo con la filosofía, se puede seguir la propuesta de Rosaura Martínez, quizá yo diría hablar para intervenir. Y me parece que habría que pensar en ese soberano que rompe a los sujetos para mantenerse en su lugar. Elucidar, como dice Castoriadis, vale la pena para no adentrarnos en terrenos confusos. Recuérdese cómo Juanito, el primer niño del psicoanálisis,  fue educado y las consecuencias de eso que parecería no romperlo, sino todo lo contrario. Pero justo ahí apareció su malestar. Entonces hablamos para intervenir, de acuerdo, pero necesitamos pensar para algo saber sobre qué queremos intervenir. Elucidar sobre el soberano, su lugar y eso que nos rompe.

Este libro es una gran invitación.

Por. Psi. Mauro Cruz Martínez.

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