Fracaso escolar y aniquilación docente.

Fracaso escolar y aniquilación docente.
Psi.Mauro Cruz Mtz.*


La escuela es uno de los espacios primarios donde lo social nace y se reproduce. Más allá de lo que muchos quisieran, no sólo se trata de un lugar donde se enseñan contenidos, desde determinadas propuestas teóricas o políticas educativas. Por ejemplo desde el enfoque por competencias, con sus respectivos aprendizajes esperados.
La escuela sustenta y consolida lo social, en ella se muestras los resquebrajamientos de todo proyecto de convivencia y aprendizaje. Hay desacuerdos, fragmentaciones, paradojas, simulaciones, corrupción, violencias, sometimientos, alienaciones y, seres que ruedan sin encontrar acomodo. 
¿Fracaso escolar y/o social?
Una de esas expresiones es el tan recurrido apelativo de fracaso escolar. Niños y jóvenes que al parecer tienen un mal encuentro con la escuela, con sus intenciones y “virtudes”, con sus mecanismos de aculturación y procesos de construcción de identidad.
Las explicaciones más recurridas son la psicobíologica, que dirá que dicho fracaso obedece a una deficiente capacidad intelectual del alumno, y la socioeconómico-cultural, que alude a las desventajas de las clases subalternas para incorporarse exitosamente al régimen escolarizado y de “progreso”.
Desde el contexto actual, donde se emplaza a las escuelas al enfoque por competencias, el fracaso escolar podría definirse como la dificultad de los alumnos en adquirir conocimientos, habilidades y actitudes. Aunque hoy los indicadores de tal fenómeno ya no son prioritariamente la reprobación, el bajo aprovechamiento, el repetir grado y la inhabilidad para aplicar los conocimientos. Hoy el foco está puesto en los resultados de pruebas estandarizadas, como el coordinado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que llama Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés). O en México la tan promocionada prueba ENLACE (Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares) por la SEP y ahora PLANEA (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes) por parte del INEE (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación).
Por lo que además de la deficiente capacidad intelectual y la pertenencia a las clases subalternas, nos encontramos que en la construcción de la explicación del fracaso escolar están los docentes. Una construcción al puro estilo de lo que hay que inventar para que las estructuras sociales propuestas desde ciertos lugares continúen intactas.
No se debate la ley porque es la ley, esa es la lógica que opera en quienes imponen sus perspectivas de lo político y lo que debe reformarse. No se alcanza suficientemente una discusión que ponga en el centro las responsabilidades de las instituciones del Estado, quienes si logran colocar en el centro del debate lo perjudicial del quehacer docente, que por tanto autoriza una solución: la aniquilación en los medios de comunicación de esos docentes que no encuentran acomodo en sus propuestas “educativas”.
El fracaso escolar por tanto no sólo nos remite a la imposibilidad de adquirir conocimientos, habilidades y actitudes de ciertos niños y jóvenes, pasa también por los vínculos que se establecen con los progenitores-tutores y maestros, desde el respaldo o no de los marcos institucionales y sus propuestas (sólo de ellos) de política educativa.
Para esos niños y adolescentes, el fracaso escolar, la escuela muy probablemente represente un espacio de sufrimiento, tanto por las demandas familiares como sociales. Pero, quizás, lo que se nombra como fracaso escolar sea una forma de resistencia, una forma de no alienación.  
Decía inicialmente que la escuela consolida lo social. Así tenemos a ciertas minorías y excluidos que se repiten históricamente en un sistema que inventamos, capitalismo, y que ahora nos devora. Hay una falta del reconocimiento de mi semejanza con el otro y la radical diferencia que nos une. 

* Psi. Mauro Cruz Mtz. Psicólogo por la UAM Xochimilco. Diplomado en Clínica psicoanalítica, fundamentos freudianos en UAM Xochimilco. Diplomado en Clínica de Freud en Dimensión Psicoanalítica. Maestrante en psicoanálisis en Dimensión Psicoanalítica. Ejerce su práctica psicoanalítica en CDMX.


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